martes, 6 de mayo de 2014

Empezando otra vez


Hola.

No son lindas las recaídas. Quiero decir, estaba bien la semana pasada, pero nuevamente la auto confianza (arma muy peligrosa en una persona con cualquier trastorno alimenticio: bulimia, anorexia, comer demasiado-gula-sobre peso-obesidad) le dieron en la torre a todo.

Iba súper bien el jueves con mis recién ganados 69.600 (el domingo anterior pesaba 71.300) PERO llego la comedora compulsiva QUE SE NIEGA A IRSE y me dejé ir. No comí, ME SUPER ATASQUÉ y el resultado se vio al día siguiente, y al siguiente y al siguiente. Por un momento pensé que estaba algo “constipada” (estreñida, pues) y me laxé el fin de semana, pero no bajé ni tantito. Lo atribuí a que a lo mejor no había bebido la suficiente agua desde entonces, a que igual pude haberme “constipado” por el cambio tan drástico en la dieta… o a que incluso, pude haberme hinchado por el calor y retención de líquidos.
Como que jamás se me ocurrió que tal vez fue porque ese día comí “normal”, que no respeté mi dieta y que la ansiedad de DEVORAR algo fue lo que me hizo fallar.

Llevo otra vez un diario donde anoto todo lo que me como y soy lo más honesta posible, incluso y a mi pesar, anoto lo que no debería comer y que me como cuando me entra la ansiedad (mis fallas, mis pecados) y otra vez estoy buscando apoyo en Facebook, en páginas Proana y Promia, escribo incipientes entradas en mi blog, me estoy redescubriendo y aceptando al fin, como una GORDA. Sospechaba que lo era, que lo estaba, la ropa me daba cuenta de ello, los malestares, los hormigueos, el cansancio, la sofocación, el saco, la pena, la vergüenza, pero no me reconocía como hija gorda (de hecho, estoy leyendo un libro buenísimo y dolorosísimo que así se llama, “Hijos Gordos”) e incluso, creo que esta va a ser de las pocas veces que vuelva a auto flagelarme como una gorda pues en la mañana de hoy le mostré una imagen “graciosa”, más bien súper sarcástica a mi terapeuta y me dijo después: “¿Por qué te flagelas de esta manera a ti misma?”  No tuve otra respuesta más que el hecho de decir que quería aminorar esa carga, ese dolor. Dicen los alcohólicos que si quiero que la enfermedad me respete a mí, yo tengo que empezar a respetar a la enfermedad y eso es cierto. Se lo dije a mi terapeuta y ella asintió.

Veo mi colección de dietas (normales, vegetarianas y veganas), mis listas de propósitos escritos en papel hace muchos años y hace algunos meses apenas, mis imágenes de thinspo, ex de fitspo (porque realmente no quiero ser una tipa pasada de buena, quiero lucir delgada, flaca), mi  bibliografía de Ana, sabiduría de las Anas robada de aquí  de allá y digo, ¿qué pasa? Hay una parte en el libro que estoy leyendo donde cuenta el caso de una mujer bellísima con 25 kgs. de sobrepeso. Le pregunta la autora (que es terapeuta) que qué haría ella tras perder todo ese peso y obviamente, ella hablo maravillas, que su vida sería distinta, lo que soñamos todas las gordas que tenemos la esperanza de bajar y bajar. La pregunta que le hizo la psicóloga iba más allá y la cito textualmente: “¿Cómo cambiaría tu vida si perdieras todos esos kilos? ¿Qué harías que no haces ahora? ¿Qué situaciones se modificarían?”.  La autora menciona que lógicamente, ese es el background o trasfondo de lo que no le permitía a esta mujer bajar de peso, que había algo inconscientemente a lo que se aferraba, algo que no quería soltar y después salió el asunto. La mujer no se permitía verse linda por una situación arraigada con su matrimonio, en el cual hubo muchos problemas y no se creía digna de ser deseada, de ser amada, de gustarle a alguien, de enamorarse.

Sobra decir que, aunque estoy soltera por convicción y a veces creo que por maldición, yo me identifiqué con eso y con mucho de lo que he estado leyendo. Lloré mucho anoche, bebí sola otra vez como hace mucho (admito mi alcoholismo y el hecho de que por ahora, NO quiero ponerle remedio) y tenía ganas de pasar la noche en vela, llorando, pensando, culpando a mamá que no me puso límites, a papá que me dejo hacer lo que yo quise con la comida, las justificaciones, el hecho inconsciente de que a mi madre le da vergüenza que su hija la mayor, la de ojos verdes, la más "buenota" sea gorda, pero no, el sueño es algo sagrado para mí y REALM ENTE me molesta que nadie me deje dormir a mis horas, las que estas sean y que tenga que desvelarme. Quizá fue eso o el hecho a no seguir ahondando en la herida recién abierta, a no seguir rascando la costra que amenaza con sangrar.

Sólo quiero ser delgada, sólo quiero ser bonita, sentirme bonita.

Yo sólo quiero ser popular, whatever this shit means. I only wanna feel pretty, I just wanna look healthy, skinny, sexy.


I just wanna be a skinny bitch.

Al menos hoy pesé 70.600, creo que otra vez vamos para abajo. Si bien dicen que no debe uno pesarse diario, YO SI NECESITO HACERLO, es una medida de controlar los hechos y prepararme a hacer las cosas bien, lo mejor que pueda.

I just wanna keep it real.




lunes, 5 de mayo de 2014

Happy, weeee!!!

Hola.

El otro día vi en un programa la dieta de una chica que estaba haciendo una de "batidos" (licuados) de proteínas y bajó 3 de los 9 kilos que quería bajar.

El doctor le dijo que había bajado agua y músculo, no grasa. Yo pensé "algo es algo".

Estoy en el mismo caso y peor con el "water clinging" o cuando tu cuerpo guarda agua pensando que ya no le vas a dar después.

Cosas que pasan. That's why I'm happy.

Weeee!!!

miércoles, 30 de abril de 2014

Pain again

Hola, quiero compartirles esta entrada que escribí en agosto del año pasado en mi perfil de face. Busquenme como Ana Lucia Romero 

https://www.facebook.com/notes/ana-lucia-romero/pain-again/1408110512743318

You fat cow.

Yes, I´m fat again.  I cannot tell you that I didn´t know how the fuck this shit happened again. Of course I know how it started again!!

It started with my desperation. It started with the money, with my fears, with that lack of self-esteem it was supposed that I had. I really can say I HATE MYSELF FOR BEING FAT AGAIN.

I know about all those stupid advertisement campaigns about Ana and Mia… but what about us, the fat people? What about us, the ones that eat our fucking poor emotions because we cannot face the reality, our stupid sad reality about fat & shit? I feel bad, I feel so wrong, so stupid again.

I don´t know what the fuck is wrong with me, why I can´t stop thinking about all the food (junk one) that I like to eat.

Where the fuck is the princess, the bitch who felt sick with the simple idea of eating candies, fat & sugar? Where the fuck did she go?

I don´t understand.

Otra vez a llorar por los mismos viejos Dolores. Por el mismo dolor inconcebible de la primera vez. Por el horror de ver cómo los números suben y suben y saber que eso es solo la traducción en cifras del dolor, de la desesperación, de la frustración, de la insatisfacción, de los miedos, del terror, de todo. Del odio, de la agonía, del resentimiento, de la venganza, de la soberbia, de todo. De la inseguridad, de la falta de control, dela incapacidad, de la impotencia. Es fruto de todo eso y aún más.

Hay una imagen en el blog de una Princess que realmente me hace llorar. La veo y me siento mal, siento lástima, siento ganas de llorar y de desahogarme, de sacar ese maldito llanto lastimero y lastimoso que me he prohibido dejar aflorar desde hace muchos meses porque no me lo permito, pero a cambio me compenso, me recompenso con comida, me justifico, satisfago mis carencias de amor y de dulzura llenándolas con azúcar, con la miel de la autocomplacencia, de ese líquido asqueroso y viscoso que se cuela en mi ser en forma de un eterno ceño fruncido y de insatisfacción, de ira, de despotismo, de todo aquello que me mata y que me sirve como defensa.

Ya no hay bondad, ya no hay sacrificio, solo hay una asquerosa autocompasión, una cantidad inimaginable de sonrisas fingidas porque en eso me volví especialista, en sonreír y disfrazar mi dolor como si nada estuviera pasando. Me compré una capa de cinismo y me la volví a poner, me la puse encima de todo ese dolor, me la puse encima para volver a tapar la deformidad de mi silueta que si bien mi cuerpo está entero, mis piernas otra vez son gordas y me duelen los talones, todo el peso aplasta mis pies, mis manos, mi vientre, ese abdomen plano que jamás he conocido. Ya no uso mi ropa, mis pantalones me dejan marcas en las piernas, las blusas solo demuestran esa terrible gordura, mis brazos ya no son estéticos como antes… mi cara otra vez es redonda.

El terror a la báscula se ha vuelto algo permanente, algo perenne. El primer pensamiento del día no es ir corriendo a la báscula para ver cuánto bajé hoy, para ver que hoy soy más delgada que ayer. El primer pensamiento del día es no subirme en ella para no ver lo que engordé entre ayer y hoy y no subir a pesarme para no ver esos números que se ha convertido en una terrible y apremiante pesadilla.

Ya no hay esa sensación de triunfo, ya no hay ese gusto, ese placer, ese deleite. Lo único que hay es una vergüenza asquerosa de que la gente me vea y vea que estoy gorda otra vez, que solo fue una delgadez efímera, que regresé a mis viejos moldes de obesa, de gorda, de desesperada dándose un atracón. Que la gente nuevamente espera que la invite a mis parrandas de comida, de dolor, de ansiedad. Que la gente solamente espera verme caer para reírse, para burlarse y ver que el cambio no fue verdadero, que solo fue una prueba más de mi incapacidad y que al final el vicio me arrastró y me dejé caer. Me da miedo la burla de los demás, la silente crítica que yo supongo han de tener en sus mentes hacia mí, mi falta de aceptación generada por las suposiciones que hago en mi mente respecto a lo que creo que han de pensar.

Recuerdo las palabras de una tía y me duelen, me dan cuenta de su desconfianza para conmigo respecto a este propósito. Recuerdo las palabras de una amiga a manera de regaño, de reproche y me duele, mi autocomplacencia, mi dolor. Me justifico con las imágenes de antes, con la condición de antes, con los dichos de antes…ME REGOCIJO CON LA GRASA Y EL DOLOR DE ANTES.

¿Ir a pedir ayuda? ¿A dónde? ¿A dónde ya he ido antes?

No, solo es hacerle perder su tiempo a esa gente y además, ya sé que me van a decir:
“Deja de pelear contigo misma”, “Ya acéptate”, “Así estás bien”, “Busca otras cosas”, “Ya vete a escribir”, “Ponte en paz contigo”…

¿Volver a ir con mi nutrióloga?

No lo creo. No es para mí, ya le he demostrado muchas veces a cantidad de errores que he cometido y la única que sale perdiendo ahí soy yo.

No tengo autoconfianza. No confió en mí. Quizá puedo llegar a confiar de algún modo en los demás, pero no en mí y esa es la terrible y asquerosa realidad.

Quizá deje de anunciar las cosas con bombo y platillo y como bien dice mi padre, debería ser más pragmática y dejar de anunciar las cosas y solo limitarme a actuar, a hacer lo que me corresponde hacer.

Eso es lo que debo hacer. ya sé qué es lo que tengo que hacer y cómo es que lo tengo que hacer.

Besos Princesses. No dejen que se caiga su corona como yo dejé que se me cayera a mí. No avienten la corona tal y del modo que la aventé yo.

Ciao!!

DIETA DE MANZANA PARA DESINTOXICAR

¡¡¡Hola, buenos días!!!

Les dejo la dieta de manzana (del color que quieras) que he estado haciendo y me está dando excelentes resultados  :D
Esta me la dio una nutrióloga que trabaja con medicina alternativa y acupuntura con auriculoterapia, pero igual te funciona si la haces con mucha disciplina, mucha fe y muchas ganas de bajar de peso.

Si la haces correctamente bajas de 1.5 a 2 kgs. Al termino y en el caso de personas obesas, los resultados pueden ser mejores (un amigo la hizo y bajó 5 kgs. Obviamente pesaba 120 kgs. al inicio de la misma).

 Dura 5 días y luego tienes que comenzar con algo suave y porciones pequeñas para mantener los resultados, nada de grasas porque el estómago queda completamente limpio. Se sugieren verduras, carnes asadas o hervidas con poca sal o nada, poco o nada de azúcar ni sustitutos (te acostumbras al café y bebidas sin azúcar) y nada de harinas refinadas. Es desintoxicante y necesitas tomar 2 lts. De agua natural y nada de azúcar y muy poca o nada de sal.

Como es baja en carbohidratos y proteínas, se recomienda NO hacer ejercicio, si acaso caminar un poco y dormir bien. En caso de sentir mareos, se puede comer media naranja o tomar agua.

DIA 1:
·         Desayuno: manzanas (todas las que desees)
·         Comida: manzanas (todas las que desees)
·         Cena: manzanas (todas las que desees)

DIA 2
·         Desayuno: manzanas (todas las que desees)
·         Comida: ensalada verde con limón (poca sal o aderezar con un poco de aceite de oliva).
·         Cena:  manzanas (todas las que desees)

DIA 3
·         Desayuno: 1 rebanada de pan integral, 1 rebanada de jamón de pavo y 1 manzana
·         Comida: ensalada de verduras cocidas (menos papa ni zanahoria) y 1 manzana.
·         Cena:  manzanas (todas las que desees)

DIA 4
·         Desayuno: 1 rebanada de pan integral, 1 huevo duro (sin la yema) y 1 manzana
·         Comida: ensalada de verduras con 1 lata de atún en agua (sin aderezos) y 1 manzana.
·         Cena: manzanas (todas las que desees).

DIA 5
·         Desayuno: 1 rebanada de pan integral, 1 huevo duro (sin yema) y 1 manzana
·         Comida: toda la carne asada que desees (res/pollo/pescado) con ensalada.
·         Cena:  1 manzana y una taza de arroz hervido con leche light ó deslactosada y 1 sobre de edulcolorante si así lo desea (splenda, stevia…).

Espero que les guste, que se motiven y ánimo. Yo la empecé esta semana y llevo 1 kg. menos :3

¡¡ANIMO, SÍ SE PUEDE!!

Les dejo a mi nueva THINSPO favorita, es una DIOSA <3 <3 <3

Eiza González, es una princesa, ¡¡toda una diva!!

Besos y abracitos!!! XOXOXOXOXO





lunes, 28 de abril de 2014

Miss Bitch.


Hola Princesas y quizá, algunos Príncipes  J

Hoy amanecí enojada, encabronada, harta… así medio perra.
Hay algunas cosas que realmente me preocupan pero la verdad, hay una que laboralmente me está matando… cometí una falta administrativa y ni sé cómo abordarlo con mi jefa, me falta valor para decirle que por mi omisión podemos llevarnos una sanción y me angustia porque eso quizá pondría en riesgo mi futuro profesional, no lo sé. No es que no me importe, es que tengo miedo de abrir la boca y decirlo… en fin, cosas que pasan.

Decidí retomar a Ana porque estoy harta de la pinta de mujer/señora  gorda que ahora tengo y que como bien escribí en mi entrada anterior, me hace lucir ridícula, peor que una caricatura de mal gusto y muy pero muy mal. Me siento vieja aunque como ya lo hable con mi terapeuta, la verdad no lo estoy tanto… pero el hecho de estar otra vez 10 kilos arriba y con dos años cerca de los 30, me hace sentir peor.

Ayer nada más y nada menos me puse a stalkear a este niño, a A. y lo que vi no me gusto. Regresó con su ex… una niña fea y lo más patético del caso es que si bien ya estaba pensando dejar todo así, ya por la paz dada la abismal diferencia de edades, complexiones e intereses (por Dios, a mis 28 invitando a salir a un mocoso… puagh!), la verdad es que me dio coraje verlo con esa niña que si no fuera por los kilos que a mí me sobran, está igual que yo… O sea, su complexión es ¿robusta? Bueno, se ve ancha, es bajita igual que yo y… se ve mayor que él aunque sean de la misma edad. En fin, como buena adulta en proceso de madurez, le di “unfriend” del Face y por un momento me arrepentí, pero la verdad ya no hay nada que hacer ahí, nunca lo hubo, solo fue una vaga y débil motivación al inicio, hace dos años cuando quería verme más joven y delgada para cuando él tuviera la edad adecuada y bueno, heme aquí, refunfuñando y renegando de todo y por todo.
(Ah, sí, olvidaba que estoy en ayuno desde hace 12 horas y como que ya me estoy encabronando. O sea, las secretarias están comiendo pan y desayunando así bien a toda madre y yo, aquí tirando pus y veneno como pendeja… Digo, igual les iba a rechazar el desayuno pero como dice mi abuelo, “por educación”, debieron haberme invitado dado el status que yo tengo sobre ellas… SOY SU JEFA INMEDIATA. Eso la verdad si me encabrona porque quería darme mis ínfulas de gran señora y que cuando S. me pidiera permiso para salir -porque sí me avisó-, y me preguntara si yo quería un pan yo pudiera rechazarla pensando en algún pretexto que he estado orquestando desde anoche  para no comer con ellas ni con nadie en la escuela -al menos la voz de Ana ha vuelto a sonar otra vez en mi cabeza haciéndome pensar en las excusas que voy a poner para no comer en el trabajo…porque aquí empezó parte de mi recaída con la comida y con el peso… realmente QUIERO SER DELGADA!!!).

Ah, y extraño mi cabello largo. O sea, sí lo tengo largo pero me lo corté mal, no pedí un buen corte y la verdad NO ME GUSTO. Soy una mala copia de un tomboy, una vergüenza de intento de rocker wannabe por el look… No me siento a gusto con eso. Extraño mi cabello largo rojo  de sirena, parejito, algo seco de las puntas pero parejo de todos lados. Mi estúpido fleco partido me confiere un look bastante raro, porque si lo recojo todo da la impresión de que me lo corté todo y que traigo un corte de hombre. ¿El motivo? Me lo decoloré el verano pasado para ponerme un mechón azul turquesa (que no quedó como soñaba) y por la misma decoloración quedó tan maltratado y poroso que al principio se veía bien cuando regresé al rojo porque destacaba del resto del cabello, pero se secó tan horrible que la orzuela se veía fatal, se me quebraba desde la mitad del cabello, era una pesadilla y pedí un corte pero al mostrarme la estilista cuánto iba a cortar, no lo pensé y dije que sí… fueron más de 10 cms. de la parte frontal, como de media cabeza para adelante y por eso parezco una mala imitación de niño L y lo peor…gordo, gordito, rollizo, ¡¡asqueroso!! Afeminado y con mal gusto, ¿por qué no puedo ser femenina, sensual y sacarle partido a los atributos de mí que sí me gustan? ¿Será porque aún no soy flaca?

Por eso quiero volver a ser Ana. Sé que la regué durísimo cuando le conté a algunas personas sobre esto porque en esos momentos me dio un estúpido arranque de sensatez y les conté a un amigo, a mi prima, a dos compañeros del trabajo, a mis compañeros del grupo de anónimos donde iba… les dije sobre Ana y Mia y es cierto, ahí se acabó la magia. Tenía un precioso hilo rojo junto con mi pulsera de cuentas rojas (que aún conservo) con el cual yo me sentía amarrada, como sujeta a Ana porque fue el primer hilo que usé cuando empecé a bajar y en otro arranque de estupidez y “autosuficiencia” lo corté. Corté mi nexo, mi lazo con Ana, le di la espalda a las bellezas que me estaba ofreciendo, a lo que me estaba regalando… (en las entradas que borré, recuerdo cuando me acosté con O. y dije que por estar delgada -63.000- me sentí muy cabrona, muy perra en la cama, tomando en cuenta que mi peor peso fue de 80 y el “regular”, donde me estanqué muchos años, fue de 75.000) y eso es algo que realmente me ha hecho sentir muy mal desde esa vez. Borré mis entradas anteriores en un intento de obtener algo así como un borrón y cuenta nueva pero algo de esa fuerza, de todo eso se fue lejos.

Tal vez no estén de acuerdo conmigo, pero  me clavé mucho en esa onda de “las princesas moderadas no tenemos prisa”… No es que yo tuviera prisa, pero abusé de esa calma, de esa parsimonia y me dediqué a pensar estúpidamente que podía ir tan lento como yo quisiera y así justificar la pereza que toda la vida me ha acompañado, porque visto así era una manera de sentir que no había ningún problema y que podría hacerlo como yo quisiera, es como cuando los malditos gordos indecisos y mediocres como yo decimos “Ahora sí el lunes empiezo la dieta”, porque nos da miedo el vacío en el estómago, sentir la debilidad que ofrece el esfuerzo de cambir y de ser alguien diferente.

¿Saben? Estaba a 3 kilos de mi peso meta, de mi primer meta, me faltba tan poco y siento que iba por buen camino de la mano de ANA y de MIA. Pero por ir lento simple y sencillamente recuperé esos malditos kilos que ya había bajado, en menos de 3 meses. Ya pesaba 61.300 y como dice la tipa de “El diablo viste a la moda”, estaba a una diarrea de mi peso ideal (bueno, a muchas todavía porque mido 1.57 y debo pesar como 50 kgs.o menos). Ayer me pesé y el resultado fue 71.300, qué horror.

(Hago un paréntesis, ya vino S. a invitarme a desayunar, son las 10:09am y cuando creí que ya estaban desayunando eran 9:25am).

En ese tiempo recuerdo que empecé fallidamente con la dieta arcoíris misma que soy honesta con ustedes, NUNCA pude hacer. No la hice porque tenía miedo a reconocer que me da miedo el vacío en el estómago, sentir la sensación del hambre física, del ayuno, del vacío tan glorioso porque a una cobarde como a mí siempre le enseñaron los abuelos, los tíos y a veces, los papás, que “barriga llena, corazón contento” pero la mía en serio que da asco. Es curioso, porque el sábado venía leyendo un libro donde habla justamente de cómo es ser un hijo gordo y yo no fui gorda en la infancia, yo me hice gorda desde la pubertad por escuchar comentarios que yo asociaba que ser grande era un orgullo,  o que el que mis tías (más bajitas y flaquitas que yo) me regalaran su ropa, era algo bueno, yo sentía que debía llenar esa ropa de mujer adulta, como si me hiciera sentir más, alguien más importante, por eso me gustaba ponérmela, porque sentía que así era como ellas y eso era algo “bueno”. A los 11 años, con mi 1.55 pesaba ya 54 kilos y el ponerme las blusas de mi mamá y que me dijeran grandota pero no por mi estatura, sino por mi complexión me llenaba de orgullo, me hacía sentir apreciada, valorada… La puta aceptación de los demás.

Durante mi periodo como “comedora compulsiva”, porque así fue cuando me “encontré” y supe que tenía un problema que trasciende más allá de lo físico y lo emocional, fue cuando entendí por primera vez algunas cosas que quizá una persona normal podría trabajar sanamente y mantener un estilo de vida saludable. Yo no puedo y no quiero, siempre me ha gustado experimentar en cabeza propia y me doy cuenta de que me gusta complicarme la exsistencia para decir que algo vale la pena, porque me gusta llamar la atención, ser el centro de las miradas, de los comentarios, trascender… pero obviamente, esta porquería, la gordura ya me rebasó… (Otra vez estoy a poco de llegar al límite… mi IMC es de 28.9 y ¡¡es horrible!!).

Cuando empecé como Ana, hice muchas cosas: tracklists llenos de música inspiradora, imágenes de thinspo, compré tallas más pequeñas, tomaba mis reglamentarios 2 lits. de agua, tomé orlistat, reviso mis diarios de alimentos de esos días (hace 2 años) y realmente seguía comiendo las mismas porquerías, pero creo que era tanto mi deseo de bajar de peso por A., de verme bonita, de chatear con él, de fantasear y pensar puras tonterías, que hice lo que sentí que tenía que hacer. Thinspo, ayunos, contaba las calorías, diarios de alimentos… hasta que llegó MIA. Al principio me negaba, pero reconozco que la primera vez que lo hice fue liberador, todo se fue, una nueva fuerza pero también una nueva manera de seguir comiendo y darme el atracón confiando en que MIA vendría a rescatarme… No supe usarla bien y también renuncié a ella entregándosela a Dios, diciéndole que se la llevara a cambio de algo. Por una parte estuvo bien porque al poco tiempo de usarla me paso factura… las mejillas hinchadas aun me daban ese aspecto que siempre odie gracias a los comentarios nada amables de una tía… “CACHETONA”, “TU CARITA DE PERRITO BULDOG”, TU CARITA DE POZOLE”, o sea, ¡NO MAMES, WEY!

¿Sabes lo que son esas etiquetas, esos tatuajes al alma? ¡Claro que lo sabes, por eso estás leyendo esto! ¡Por eso están tan adentro de Ana o asomándote a la puerta a ver qué sale, a ver qué encuentras! Por eso dejé a MIA, pero no pude, la he estado utilizando aun con este cuerpo gordo, forrado de grasa, de rollos, de una imagen que no me gusta, que no es la que yo quiero.

Odio el rollo de la aceptación: “Eres bonita”, “Eres guapa”, “Pinches flacas, ¿quién las quiere? Estás mejor así…” ¡CARAJO! No saben cómo se siente no poderte poner la ropa que quieres, las limitantes para hacer cosas que no puedes hacer tan fácilmente. La vergüenza y el asco de ver el cuerpo desnudo ante el espejo y peor aún, creyéndote que eres la más diva, la más diosa…Es horrible tener que “aceptar” y resignarse ante eso. ¿Por qué puedo hacer cosas que los demás creen difíciles o imposibles, pero ESTO, LO DE ANA, LO DE SER DELGADA, ME HA COSTADO MUCHO TRABAJO Y CUANDO FUE FÁCIL, CUANDO CASI GRITO “LO LOGRÉ”, no pude continuar?

En fin… aquí voy otra vez y me doy cuenta que todo está en la mente y es cierto… Llevo unas horas luchando contra un antojo terrible de ir y tomarme una coca cola zero o una bebida energizante (Red Bull o alguna otra), pero sé que después de que me la tome me sentiré culpable, me voy a recriminar por no tener la fuerza de voluntad necesaria para decir que no, me voy a justificar que mañana ahora sí empiezo bien, que lo necesitaba porque estaba muy estresada y era lo único que podría calmarme…que merezco un relax… Pura autocomplacencia y auto sabotaje con la comida.

Creo que es suficiente de esta mierda y bueno, les dejo la dieta que estoy haciendo que si bien no es un ayuno como tal (esperé más de 15 horas para empezarla), sí me dio grandes resultados cuando la hice la primera vez. Bajé 2 kilos en una semana y espero que les guste y les sirva tanto como a mí, se las pongo en otra entrada. Hoy porto orgullosa mi pulsera roja y mi otro hilito, que si bien es el 3° que me pongo (el 2° se cayó y no hice intento por amarrarlo otra vez) , me hace sentir cómoda y segura, aunque ahora estoy en fase "Wannabe", por algo se empieza. J

Muchas gracias por todo y me sirvió de desfogue porque la verdad en la mañana estaba MUY PERO MUY encabronada.

¡¡¡Besitos y gracias!!! 


XOXOXOXOXOXO

martes, 18 de marzo de 2014

Y pensar que todo lo quería hacer por ti... otra vez.

Entonces él le preguntó:

-¿Entonces qué hago con ella?

Se quedó pensando antes de responderle. Estaba insegura, sabía que dijera lo que dijera él no iba a cambiar las cosas, finalmente era su decisión y ella estaba de más, solo era una triste espectadora de algo sin final y con un falso principio en su cabeza. Solo estaba viviendo su propia fantasía y muy probablemente él ni siquiera se había dado cuenta de nada, solo la veía como algo parecido a una amiga, no más que eso.

-No sé, haz lo que quieras. Eso es algo que solamente tú tienes que decidir.

Esperaba que sus palabras tuvieran el efecto deseado como para volver a sonreír y darse cuenta de que había esperanza, de que siempre la hubo.

-¡Gracias!-contestó él con su habitual estado de ánimo, el optimismo que irradiaba a veces era increíble, fuera de este mundo.

En ese momento, ella oyó su corazón quebrarse en mil pedazos y darse cuenta de que siempre fue así. Que no había nada más que hacer que hacerse a un lado del camino y detener esa marcha frenética hacia el desastre. Total, no era la primera vez que le pasaba. No sería tampoco la última, pero no sabía cuánto tiempo pasaría entre este nuevo trance recién iniciado y el tan ansiado "todo saldrá bien, ya llegará el indicado". Sabía que en el fondo, él si quería y no la quería precisamente a ella.

No supo si llorar o aguantarse. Esa conversación se hubiera dado mucho tiempo atrás pero ella jamás se enteró, dicen que “ojos que no ven…”, aunque ella siempre trataba de verlo todo, de saberlo todo y por eso se enteraba y se hacía daño de más. Esta vez decidió hacer de cuenta que no pasaba nada, de retomar el hilo de las cosas aunque en el fondo cargó con la responsabilidad de sus emociones, de lo que dijo, de lo que sintió, de todo lo que pensó en función de él y para hacer con él cuando fuera le momento, cuando llegara ese momento. Habían pasado dos días apenas de ese terrible descubrimiento y  sentía como si desde  el sábado en la noche no hubiera gastado mucho tiempo pensando cómo iba a enseñarle ese mundo que a ella le fascinaba, teniendo una romántica cena como nunca antes había tenido con alguien en la vida, soñando cómo iba a hacer realidad todas esas fantasías, todo aquello que ella quería mostrarle a él, como compensar su edad con su inocencia y viceversa…pero ya no sería posible. Cuando le dolía una uña, ella se cortaba el brazo.


Decidió que lo mejor era abandonar esa idea, volcarse otra vez de lleno en ese dolor silencioso, amargo, triste, sucio. Pensó que lo mejor sería contárselo a su terapeuta pero disfrazando las cosas un poco para no quedar como una pervertida, como una loca, como una enferma. Se auto psicoanalizó para darse cuenta de que ella era realmente el problema, de que su soledad la había orillado a cometer locuras los últimos dos años, que este año iba a someterse al mismo proceso de auto aniquilarse dolorosa y suavemente solo para estar bien. “Destruirme para después construirme” era uno de sus lemas favoritos.

Yo estaba muy enojada al principio, luego sentí tristeza y más coraje, culpa, arrepentimiento, ahora ya no sé.

domingo, 16 de marzo de 2014

Shit, shit, shit!!! Puta obsesión.

Sólo quiero escribir lo mal, lo estúpida y lo ridícula que me siento.
Realmente no me interesa que alguien lo lea, aunque curiosamente esta es la intención: que alguien más aparte de mi se dé cuenta de que me está llevando la chingada y de que siempre ha sido lo mismo, el mismo puto malestar por querer ser parte de algo, ser parte de la vida de alguien más y lo más triste, que nadie más aparte de los mismos de siempre, ya lo saben.

Me siento mal, pero muy mal por pensar que en un futuro no muy lejano podría concretarse algo entre el niño que me gusta y yo, pero no, son solo puras putas fantasías. ¿En qué momento se me ocurrió que realmente algo podría pasar? ¿En qué chingado momento orillada por mi soledad, pensé que realmente se podría dar algo más, un romance quizá?
Es un niño. Es solo un niño descubriendo una vida que yo ya viví hace más de 12 años, soy yo la que debe ubicarse en su actualidad, en su edad y que no puede, que no sabe lo que tiene qué hacer o justamente porque sé que tengo que renunciar a esa maldita y estúpida idea, me da miedo dejarlo ir y avanzar. ¿Qué puede pasar? ¿Qué es lo que voy realmente yo a ganar? Nada, no hay nada que hacer ahí. Lógicamente, él, ahora en sus dulces 16 tiene que buscar y vivir las experiencias propias de su edad y yo tengo que dejar de soñar y construir fantasías de un futuro en el cual los dos podamos estar juntos, ¿cómo para qué? ¿Qué carajos voy a ganar?

Es justo igual como cuando David me decía que lo esperara dos años, que dejara pasar dos años y probablemente cuando yo ya estuviera lista, sería el momento. Bien me dijo mi prima Rosa: “No te hagas ilusiones, no esperes esos dos años” pero aquí yo sola me doy cuerda, busco quién aliente y sea cómplice de mi torcido sueño, de mi podrido anhelo. ¿Para qué? ¿Qué caso tiene?
Me duele hasta el alma ver que me siento como siempre me he sentido en esto del “amor”: patética, estúpida, insignificante, llena de ilusiones, de dolores de un futuro que nunca alcanza a concretarse y entre lágrimas me digo: “Todo va a estar bien, todo va a salir bien. Ya llegará el indicado”, ¿pero cuándo? ¿Hasta que esté listo el terreno? ¿Cuándo y cómo va a ser eso?¿Cómo me voy a dar cuenta? ¿Y si me da miedo, y si lo dejo ir porque quizá siga yo encerrada en mis pinches fantasías pendejas, esperando a alguien que no sienta lo mismo que yo?¿Y si me hago más daño así? Creo que no he aprendido bien mi lección, ninguna de mis lecciones y todas han tenido nombre. Hasta hoy caí en la cuenta de que estoy bajándome a una edad en la que ya no puedo estar por más que me aferre a querer estar ahí, en que estoy imaginándome pidiendo permiso a sus padres para que él y yo podamos salir… en la que soy yo la que tendrá que estar pagando las cuentas para poder estar juntos y no hablo de lo financiero, hablo de los costos sociales, emocionales, sexuales, laborales, todo junto. Todo lo que eso podría conllevar.

Sigo detestando mi cuerpo, mi manera de comer, de vivir, de ser… de verme al lado de él,  de ver que el físico sigue siendo dispar, que no hay nada que nos haga ver bien juntos, que yo no me siento cómoda al verme baja, gorda y vieja, con acné tardío en mi cara cuando estoy al lado suyo. Sigo estando sin querer crecer, sin querer avanzar y es eso lo que más me aterroriza. Lo que más me atemoriza. No saber quién soy ni para donde voy o qué chingados es lo que estoy haciendo.
Otra vez estoy suplicando amor, otra vez estoy manipulando a mi favor para sentirme con poder en todo esto, para disimular mi falta de control; otra vez estoy buscando justamente en el lugar y con la persona equivocada, busco luz entre la oscuridad, busco AMOR donde no lo hay, ni hoy ni mañana ni nada. No sé como lo perciba él pero de algo estoy segura: no lo ve ni lo siente y tal vez ni lo imagina del mismo modo que yo lo hago. Tal vez nunca lo hizo y yo malentendí todo eso desde el principio. Eso es lo que más me duele, darme cuenta de eso, que su vida lleva un proceso y la mía lleva uno diametralmente opuesto, que mi camino va en otra dirección, menos en la de él. ¿En qué momento me empeñé en querer tenerlo para mí? ¿No he evaluado los riesgos lo suficientemente bien? Creo que no, creo que sigo siendo una puta fantasiosa que cree que todo va a salir bien solo porque ella lo dice, solo porque yo lo digo y no es así.

El hecho de descubrir que tiene una novia y que pasó toda bajo mis propias narices, que yo no me di cuenta porque “no me pidió permiso” (como si tuviera que hacerlo) fue lo que más me prendió, fue lo que más me enojó y lo que más me dolió es porque quiere, porque la quiere, porque le gusta. Porque prácticamente con mi berrinche de anoche y con mi tibia complacencia de hoy en la tarde, percibí eso, que sí la quería, como que hoy le di la venía para poder andar con ella y sentir que eso era lo que él estaba esperando, fue lo que más me dolió, porque igual con mi “permiso o sin mi permiso”, él iba a seguir con ella. Eso fue lo que más me pateó, lo que me reventó y me hizo sentir peor.
Yo a su lado no soy más que una mujer joven que se siente muy vieja, que se ve muy vieja, que se ve mal. El físico, la cara, la estatura, ¡carajo, todo! Eso es lo que más me duele, que estoy tratando de recuperar una juventud que hace mucho tiempo ya pasó y que este momento es otro, que es el momento en el que yo debería estar logrando y consolidando muchos de mis proyectos POR MI Y PARA MI, no para él no en función de él.

Lo peor, es que él nunca me dijo nada, nunca me prometió nada. No hay motivo alguno para que yo dijera: "me dio indicios", "me dijo que me quería". ¡La única pinche loca en todo esto fui yo, nada más! La única que se puso a hacer locuras, cosas tontas y a crear fantasías, a enamorarse y desenamorarse, la que lloró cuando se fue a otra escuela ¡fui yo! La única que hizo berrinches cuando lo vio con sus novias, la que sintió celos de su proceso de crecimiento, de enamoramiento, la que se hace daño a sí misma por todo esto, soy yo. Eso es lo que más puto coraje me da.Yo le ofrecí algo que él no me pidió, yo creí en algo que quizá él nunca imaginó, que nunca pensó y que solo percibió como un tibio intento de mi parte por aferrarme y querer a fuerzas ser parte de su vida. ¿Cómo reclamo, qué chingados reclamo? ¿Qué voy a pelear si de entrada ahí no hay nada, y por la edad, menos? La que rayaría en un delito sería yo. Yo sí tengo más que perder y eso es lo que no he evaluado con cabeza fría. ¿De qué chingados estoy hecha?

Renunciar a algo que nunca existió, esa es la peor parte. Romper el apego y por fin dejarlo ir. Tengo miedo de bloquear los canales del amor porque no sé cuales son ni qué tengo que hacer, no me quiero quedar en este pinche hoy, quiero salir, me quiero sentir mejor. ¡Quiero volver a sentir, a sonreír, a creer, a amar, a amarme a mí misma y no anteponer a nadie más!

Realmente estoy mal, me siento mal. No sé qué hacer… tengo los recursos y no sé cómo usarlos, me da miedo usarlos, me da miedo utilizarlos, otra vez ando buscando la aprobación de los demás menos la mía. Dice mi terapeuta, no me doy el permiso, no me permito ciertas cosas y no me estoy escuchando como debería. Otra vez quiero vivir en función de los demás cómo siempre ha sido y que mi palabra sea ley y orden en la vida de los demás. Qué equivocada estoy.

En fin, a ver qué chingados pasa. Quiero llorar pero tampoco me lo permito, tal vez el próximo jueves admita por fin lo que he estado callando justo desde hace más de dos años, que fue el momento en el que me metí en esto: querer ser delgada a base de la anorexia y verme más joven para él, en el momento en el que él crezca. Carajo. Qué pena me doy.

Como siempre, yo termine haciendo una telenovela en mi cabeza, algo que él nunca sabrá... pues ya ni modo. La vida sigue, tiene que seguir. Yo tengo que seguir con mi vida hasta que todo vuelva a ser mejor para mí.